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Pr: Carlos Faria
La Palabra de Dios nos enseña que hay tres instituciones en este mundo con las cuales nos manejamos cotidianamente, y las puso Dios en esta tierra para que podamos movernos en ellas, y estas son: la familia, el Estado que nos rige, y la iglesia,
Estas entidades fueron instituidas por Dios para que el hombre se pueda manejar en ese contexto, tú y yo tenemos una nación en la cual Dios ha puesto gobernantes, tú y yo tenemos una familia, si Dios así lo ha querido o lo ha deseado, y también tenemos la iglesia, el cuerpo de Cristo donde Dios nos ha puesto.
Ellas pueden funcionar individual y también pueden hacerlo colectivamente, por eso habrás encontrado que muchas veces en la iglesia, grandes clamores se levantaron por esta nación, grandes clamores se levantaron por las familias. Ustedes saben que a través de estas instituciones que Dios puso, cada una de ellas, si tú las miras bien y te interesas realmente, no simplemente de respirar y de comer, pero quieres dar lo que mejor tienes, para que tus pasos sobre esta tierra sea en la voluntad de Dios y en aquello que Dios te ha puesto. Cada una de ellas si las miras se manejan con pactos y con compromisos y por ellas son sustentadas
. Un pacto, como la mayoría de los creyentes sabemos o deberíamos saber, es un acuerdo solemne entre dos partes o a veces más, en la cual cada una asume una serie de obligaciones y responsabilidades y recibe de la otra también, un conjunto de beneficios, así sería un pacto; es un tipo de alianza, así se lo conocía, el pacto de la alianza. Por eso, a los anillos que tenemos en el dedo se le llama alianza, significa que yo estoy aliado, pacté con alguien, me comprometí con alguien y esto muestra mi pacto, mi compromiso.
Compromiso, es una obligación que uno asume voluntariamente, es una palabra que uno da; me recuerdo que cuando era chico veía como mi papá se movía: un portugués, analfabeto, él se presentaba en el Banco y pedía hablar con el gerente, se iba bien vestido y pedía hablar con el gerente:
- vengo a pedir un crédito
- para que lo quiere don Avelino
- mire, lo quiero para ampliar esto, esto, esto y esto
- muy bien, y que tiene para responder
Mi padre lo miraba y le decía:
- mi palabra, yo tengo el compromiso de mi palabra.
Y yo puedo hablar de él porque era mi viejo, y seguramente habrá muchos, mi papá o sea habrá muchos, usted ha escuchado esta historia seguramente con otros, y así fue como muchas veces, a pérdida cuando había que cumplir, había que cumplir. Recuerdo a mamá, analfabeta ella también, cuando llegaban las boletas de los impuestos, las recibía, se sacaba el delantal, iba a la cajita donde estaba el dinero, le digo:
- ¿mami a donde va?,
- voy a pagar el impuesto,
- pero si acaba de llegar
- hijo las deudas son deudas; compromisos.
Compromiso es aquel que lo toma por una palabra dada, una fe empeñada, es un compromiso que no necesariamente implica reciprocidad del otro, usted se compromete como dice el salmos 15 ”Aquel que aún jurando en contra suyo no por eso vuelve atrás su palabra” Me encanta ese salmos, “los que no vuelven atrás”, Alguien que puede comprometerse a hacer algo por otro, sin que esa persona haga algo de regreso, eso es un compromiso. Dios, que es Dios de pactos se ha comprometido con hombres, y con su pueblo y aún con todos los hombres por medio de su palabra con pactos.
Usted no se dio cuenta o quizás si se dio cuenta, que cuando Dios creo al hombre estaba solo. ¿Usted se puso a pensar que el diablo no tentó al hombre cuando estaba solo? ¿Usted se puso a pensar que el diablo vino a destruir al hombre cuando eran dos? ¿cuando Dios le dio la posibilidad de amarse?, ¿cuando Dios le dio la posibilidad de procrearse?, ¿cuando Dios le dio la posibilidad de tener hijos?, ¿de cumplir el propósito de Dios?
Satanás sabe a donde apuntar, “a los matrimonios” a la mujer, al hombre, para destruir; usted sabe que destruyendo eso, destruye generaciones hacia delante; porque conozco a los hijos de los hijos de los hijos de los hijos de matrimonios que fueron destruidos y las consecuencias que trae eso.
En Efesios, Pablo nos dice en el capitulo 5 versículo 21 “someteos unos a otros en el temor de Dios las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor” yo traje varias versiones muy hermosas, para que usted pueda ver un cuadro comparativo: las esposas deben sujetarse a sus esposos así como lo hacen con Cristo, en otra traducción dice: “vosotras mujeres estad sujetas a vuestro propio marido, como al Señor”
Estén sujetos como a Cristo; yo agrego: querido muéstrame que sos de Cristo,
En el original, la palabra sujeto significa: no te separes, no te separes del amor, porque estando en este amor, le vas a cuidar , le vas a amar, y el va a estar sujeto y vamos a ver como es lavada la esposa.
Luego dice: porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo y el es su salvador, otras traducciones dice: porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza de su iglesia y también su salvador, Cristo es la cabeza y la iglesia es el cuerpo, o sea el hombre es la cabeza y la mujer es el cuerpo, ahora vamos a ver que hace la cabeza con el cuerpo, y su Salvador, eso es algo muy profundo;
Su Salvador: eso esta indicando que si la esposa necesita ayuda, esa es la esposa que Dios le dió, y si es débil, “sea su salvador” ¿Quiénes son débiles ante Cristo?, ¿Quiénes son temerosos, muy temerosos, quienes a veces tienen miedo, quienes a veces tienen inseguridades, quienes a veces le faltan cosas? Mire lo que dice la palabra, se dan cuenta esposos, su salvador, su cuidador, la cabeza, el que la cubre, yo he visto esposas sin cabezas, no es porque los maridos se la hayan cortado, quiero decir descabezadas de autoridad, y esto me da mucho dolor.
Otra traducción dice: porque el marido es cabeza de la mujer, del mismo modo que Cristo es cabeza de la iglesia, que es su cuerpo, para salvarla dio él su vida; y yo te pregunto ¿Cómo hizo Cristo con la iglesia?
-No, no, no vos te equivocaste hiciste mal las compras, entonces, -no, no, vos sos regañona

Porque el marido es cabeza de la mujer así como Cristo es cabeza de la iglesia y el es el que da la salud al cuerpo, que hermosa traducción, la salud, la salud, la salvación, luego sigue diciendo: tanto la amó que se entrego a la muerte por ella, es fuerte esta traducción, otra traducción: maridos amad a vuestras mujeres así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a si mismo por ella y ¿porque la amó y se entregó hasta la muerte? Versículo 26, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, otra traducción dice: para santificarla, purificándola mediante el baño del agua por la palabra, para santificarla limpiándola en el lavamiento del agua por la palabra, ¿a usted le parece que su esposa no es del todo santificada? Usted fíjese la comparación Cristo con la iglesia ¿Qué hace Cristo con la iglesia? ¿Cómo nos limpia? Por su palabra, le voy a decir algo: uno siempre dice: “como habla esta mujer” ¿Sabe porque habla esta mujer? Porque los hombres no hablamos, no nos comunicamos, y si usted tiene palabras de vida como Cristo tiene palabras de vida, usted santifica a su esposa por el lavamiento de la palabra, porque usted es la cabeza del hogar, no para regañarla. Le voy a hacer una pregunta, estamos viendo la comparación de Cristo con la iglesia, el Espíritu de Dios, como varones a la iglesia ¿nos regaña, o nos instruye? Y cuando nos instruye nos purifica y nos santifica por el lavamiento de su palabra, menos mal que Dios no nos grita, menos mal que Dios no nos levanta el puño, menos mal que nos habla, que nos purifica, menos mal
Como esposos debemos asumir la responsabilidad que nos dió Cristo Jesús, el hombre es la cabeza del hogar, y ella va querer estar sujeto, porque sabe que a su lado tiene a alguien que la cubre, que la comprende, que la guarda, que la entiende y que muchas veces calla de amor, calla de amor, como Cristo calla con su pueblo, cuando dice: el callara de amor; porque le estoy dedicando tanto tiempo, porque el diablo maquino bien todo un día, el sexto para ir en contra del matrimonio,
Luego dice que lo hace para santificarla habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra a fin de presentársela a si mismo una iglesia gloriosa que no tuviera manchas ni arrugas ni cosa semejante, sino que fuera santa y sin mancha.
Mire esta traducción dice: Cristo quiso regalarse a si mismo una iglesia gloriosa apartada del mal y perfecta como si fuera un vestido que no tiene una sola arruga, ni una sola mancha ni nada parecido, pero esta carga parece que se la ponemos siempre a la esposa, y le decimos: “mira como me dejaste la camisa” mire yo conozco hermanos que la yugular se les pone así, cuando la camisa no esta planchada como ellos quieren
Dice: Cristo quiso regalarse así mismo una iglesia gloriosa apartada del mal y perfecta, o sea. el hombre lo hace, el hombre la ayuda, el hombre está conciente que esa es la amada,
Ahora veamos este ejemplo: “vos sos yo” yo te miro a vos y me veo a mi, como te voy a herir sería un tarado, me estaría hiriendo yo , como te voy a insultar? Me estaría insultando yo, y le voy a decir un secreto mío, no lo tome como doctrina, si usted en un momento, como nos paso a todos, su esposo agredió a su esposa le dijo lo que fuera, o lo hace, sepa que usted no se da cuenta pero se lo esta diciendo a usted y lo que le esta diciendo a ella le va a venir a usted, porque somos uno.
La palabra “ama a su esposa” es agapao, es el mismo amor que mostró Dios en San Juan 3:16 dice ama a tu esposa de tal manera, como Cristo amó a la iglesia y ese de tal manera es el mismo de Juan 3:16 una manera que no conocen ni los poetas ni Richard Cleiderman, ni Fausto Papeti ¡aleluya!
Dice: para que El se la presente así mismo, una iglesia gloriosa no teniendo mancha, ni arruga ni otra cosa semejante, sino que fuese santa inmaculada, alguien linda, ¿que perfume queres? cuando su esposa esta arreglada, perfumada, hasta a veces uno se enoja y le dice:
- estás tan arreglada, te perfumaste, ¿a donde vas?
- para vos,
- como para mi.
Dice versículo 28: así también los maridos, deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos, el que ama a su mujer y acá estaba el secreto que ya se lo adelante, a si mismo se ama, el esposo debe amar a su esposa así como ama a su propio cuerpo, el hombre que ama a su esposa se ama a si mismo, de este modo debe amar el marido a su esposa, como si ella fuera su propio cuerpo, y cuando le estoy diciendo cuerpo, le estoy diciendo sus propios oídos, y a lo que no quiere usted escuchar, no se lo haga escuchar a ella, lo que no quiere que se lo digan a usted, no se lo diga a ella, porque el hombre que ama a su esposa a si mismo se ama, pues nadie odió jamás a su propio cuerpo, Pablo: es como si dijera semejante sandez, un suicida odia a su propio cuerpo, nadie odio a su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, como también Cristo a la iglesia, ¿usted entiende este misterio? usted imagínese como Cristo hace con la iglesia y como hace con uno, sin reproches, si el arroz se quemo, bueno cómase lo de arriba si no agarró olor lo de abajo , bueno cómase lo de arriba;
Pues nadie odio jamás a su cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida como Cristo a la iglesia, porque nadie desprecia a su propio cuerpo al contrario, esta traducción me encanta, lo alimenta y lo cuida con cariño del mismo modo que Cristo cuida a la iglesia,
Se dieron cuenta que estoy hablando mas de Cristo y del amor de Cristo, que del único versículo que nos acordamos los hombres: la mujer debe estar sujeta a su marido
Nadie aborrece a su propio cuerpo sino que lo sustenta y lo cuida de el con esmero.
Quisiera que el Espíritu Santo nos eleve un momento y vea como el Señor, su Espíritu actúa con nosotros, así quiere que nosotros como esposos actuemos con nuestras esposas, porque somos de su cuerpo, porque somos miembros de su cuerpo, y de su carne y de sus huesos, por esto dejara el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, los dos serán una sola carne, el esposo y la esposa son por tanto un solo cuerpo por eso el hombre dejara a su padre y a su madre para unirse a su esposa y en su unión dejan de ser dos para ser ambos, como uno solo, este es un misterio difícil de entender pero viene a ilustrar la relación de Cristo con la iglesia, grande es este misterio dice Pablo, pero yo me refiero a Cristo y a la iglesia por lo demás cada uno de vosotros ame también a su mujer como a si mismo y la mujer respete a su marido, amen, aleluya